Por Editorial Sudestada
Un 19 de julio, pero de 2007, comenzaba a viajar por otros mundos, el querido Fontanarrosa
Aquel día se sintió un vacío. Desde Rosario llegaba la noticia, y un amigo se despedía, con los ojos vidriosos pero con una mueca de sonrisa por todo lo que sigue dejando, un maestro que fue capaz de hacernos reír, pensar, dudar, y soñar. Se iba el Negro, para que el día del amigo, en muchos rincones, se festejara un día antes de lo establecido.
“Siempre aclaro que nunca viví en el campo ni tengo ningún conocimiento directo de eso… Uno tiene encima la primaria y secundaria, la lectura del Martín Fierro, Don Segundo Sombra. Yo agarré precisamente en los ´60 el boom del folklore, ojo que yo no tengo en casa un poncho y esas cosas, pero escuché mucho a Atahualpa, Zitarrosa, Alberto Merlo, porque me gusta. Siempre digo que si durante tantos años en las escuelas la composición tipo fue la vaca, eso por algo es… muestra un perfil del país, hay mucha documentación sobre eso.
Pero lo notorio es que hay libros para todo, absolutamente para todo, si a vos se te ocurre hacer una historieta sobre el palo borracho y te preguntás de dónde se consigue información, vas a una librería, seguro hay una góndola con 600 libros del palo borracho, porque algún pelotudo se pasó su vida estudiando cómo carajo crece el palo borracho y porqué las espinas… Yo no he leído cosas gauchescas para poder transmitir algo veraz, me importa tres carajos que sea veraz o no, yo siempre tengo la disculpa del humor, de la joda. Porque había historietas muy rigurosas sobre la vida gauchesca, pero yo me fijaba cómo era para ver si se me ocurría alguna joda, pero nada más”, había expresado Roberto Fontanarrosa en una entrevista, sobre el origen de #InodoroPereyra, en la edición número 4 de noviembre de 2001 de Revista Sudestada.
Imagen: gentileza de Romina Quintana
Ilustración: Un regalito del Negro para los pibes…
