El Bonaparte no se cierra: Decime que no sirve luchar

Por Editorial Sudestada

Lo informaron desde el gobierno. El Hospital Bonaparte no cerrará las puertas. Por eso se luchó y se lucha. No solo por un hospital público y el ataque directo de estos impresentables, sino también por la salud mental, la salud pública, y los derechos de los pueblos. Porque los pacientes festejan. Sus familiares también, como pusieron el pecho junto a laburantes y profesionales en un abrazo frente al Hospital que todavía conmueve. Porque ahora no se cerrará. Tampoco íbamos a dejar que lo logren. Y lo saben.

Pero tampoco habrá laburantes despedidos. Y el gobierno habla de “reestructuración”, pero la realidad es que cuando el pueblo sale a las calles, las papas les queman, aunque intenten mostrar lo contrario. Porque los derechos se ganaron así, y se defienden de la misma manera. Porque el Bonaparte fue la primera lanza hacia la salud pública y para salir con los dardos mañana. Porque sabemos que nos atacan por ahí. Porque sabemos que vendrán por todo. Pero más aún sabemos para qué sirve luchar. Como ahora. Porque el Bonaparte no se cierra. Porque el abrazo al hospital público es enorme. Y porque la salud no espera, no se negocia, ni especula. La salud pública es un derecho. Y el Bonaparte, nuestro.

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