El potrero no se mancha

Por Editorial Sudestada

Antes y luego de la final de anoche, Milei y los laderos repetidores de las redes sociales y medios afines, volvieron a instalar la idea de la importancia de la venta de los clubes argentinos, con el “argumento” de que la gran mayoría del plantel de la Selección pertenece a una Sociedad Anónima, es decir, un club privado manejado por empresarios multimillonarios. Pero tanto Milei como todo este rejunte de parásitos de la realidad, miran el final de la ecuación, y jamás dónde comienza todo.

¿Cuántos de los jugadores del plantel campeón surgieron de una Sociedad Anónima, y cuántos de un club de barrio, de las oportunidades que brindan los clubes sociales, de la contención en las pensiones, de los botines prestados, de la comida cuando falta, de la inclusión en el deporte cuando todo lo demás te da la espalda? Todos y cada uno de ellos. Todos surgieron en un club. Ni uno en una empresa deportiva.

El gobierno retoma esta pelea privatizadora. Aquel viejo sueño de Macri allá por el 99, la ilusión de un Milei que amparado bajo el “libre mercado” ve el negocio frente a cualquier derecho que ande dando vueltas. Nada les interesan lxs pibxs, las actividades dentro de los clubes, las oportunidades que se generan, al deporte como inclusión real, y todo lo que significa desde un club de barrio hasta los más grandes del país. Porque este sector rancio de bolsillos estallados y soga al cuello para el laburante, solo promueven el negocio, la privatización indiscriminada, la exclusión del pueblo, y los privilegios de los de siempre. Y lo reafirman con una mirada minimalista, intencional, y poco seria. Son los mismos que miran al presente para arruinar el futuro, que miran el pasado con la nostalgia de la explotación humana.

¿Tienen idea cuántos pibes sienten al club como su segunda casa? ¿Cuántos de estos campeones podrían haber llegado a primera sin oportunidades, sin inclusión en los barrios, sin un club y humanidades que los acompañen, sin las puertas abiertas de esos clubes de los socios y no de una Junta directiva que solo mira una cuenta bancaria?

Anterior

Gracias por tanto, pibe

Próxima

Hasta siempre, Abuela Rosa