Por Editorial Sudestada
En los últimos días más de 250 mil palestinos fueron desplazados tras los bombardeos del sionismo en la Franja de Gaza. Muchas escuelas funcionan como refugios de personas desplazadas, pero como el plan de Israel es el de exterminar a toda Palestina, las bombas apuntan a donde más duele, donde más sangra. Ayer bombardearon una escuela de la ONU, y hay más de 12 personas asesinadas.
En un genocidio que lleva décadas, y de la misma manera manipula la información mundial para que el silencio domine, el terror no se vea, y el plan de aniquilamiento siga su curso masacrando a un pueblo que resiste como puede; Israel desde el 7 de octubre pasado apretó el botón rojo y no ha frenado ni un solo minuto.
38 mil palestinos asesinados en casi 9 meses. Cada 10 minutos un niño es asesinado. El 70% de las víctimas fatales son niños, mujeres y ancianos. Hay millones de desplazados, millones de humanidades sobreviviendo en las calles, y en refugios que el sionismo bombardea de manera sistemática. Alrededor de 90 mil heridos, y más de 9 mil personas que pueden estar todavía bajo los escombros. Israel además cierra las fronteras para que no ingresen alimentos, combustible, y servicios de necesidad básica como agua y energía eléctrica. Infancias rotas. Una cárcel a cielo abierto. Un genocidio que el Poder mundial intenta silenciar, mostrando cómo es posible manipular la información y que la masacre no se vea, no se sienta, y poco duela.
Acá pueden ver las bombas, como en muchísimas trincheras de la información mundial que mantiene firme la lucha de la verdad, de la humanidad, y contra los verdugos de los pueblos, los asesinos de niños, los genocidas de todas las épocas con diferentes banderas.
38 mil personas asesinadas en solo 9 meses. Pero Israel, EEUU, y el mundo cómplice llaman “terroristas” a personas como la mujer que se ve con su hijo llorando y con la desesperación de que además de semejante masacre, el mundo siga como si nada sucediera.
