No es de ahora: Susana Chávez, un grito de resistencia mexicana

Por Zuleika Esnal


La que gritó “Ni una menos” por primera vez, y le costó la vida. La poeta. La que nació un 5 de noviembre del 74 en Ciudad Juárez, donde vivió denunciando las desapariciones de miles de mujeres.
La militante que salió a la casa de una amiga para no llegar jamás. La torturada, asesinada y mutilada por tres hombres mientras el fiscal asignado al caso se negó a relacionar el crimen con su condición de mujer y militante. “Fue un encuentro desafortunado” declaró.


Susana fue señalada como “Mala víctima” por salir a divertirse. Que es como decir “Te lo buscaste”. Sus femicidas le arrancaron una mano para simular un crimen narco. La asfixiaron con una bolsa en la cabeza y descartaron su cuerpo como el de tantas compañeras por las que luchó hasta ser asesinada.
Gracias a Susana se lograron varias sentencias internacionales contra México por su falta de investigación en femicidios. En 2015, cuatro años después de su femicidio, nació el Ni una Menos en Buenos Aires a días del femicidio de Chiara Paez, donde más de 200.000 mujeres gritamos “Basta”.


Al día de hoy, el Estado Mexicano sigue sin reconocer el asesinato de Susana como lo que fue: un femicidio. Susana no llegó a ver la trascendencia de su grito pero vive en el nuestro para siempre.

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