¿Otro ñoqui con la nuestra?

Por Editorial Sudestada

En el Ministerio de Capital Humano los “ñoquis” abundan, entre los rugbiers y los sobresueldos sobre lo que el gobierno nacional no responde, ni siquiera a la Justicia. Ahora el Dipy, con el foco en su posible contratación como “asesor de bandas emergentes” en Cultura. Él lo negó después del revuelo, se filtró que Pettovello bajó la firma del cantante de cumbia que no sabemos qué ha aportado a la cultura nacional para un cargo, o en realidad viendo los alfiles del gobierno, sí. Y por otro lado salieron a la luz una serie de documentos que certifican que el Dipy viene cobrando por este mismo “cargo” un salario de 1.5 millones de pesos desde el 1 de abril.

¿El Dipy es el ñoqui de las sombras, o un nombre fantasma para el desguace estatal en un Ministerio inventado, con cero asistencia a los barrios, con sobresueldos, y contrataciones irregulares, sin presencia de sus trabajadores -como los rugbiers- pero con salarios millonarios? ¿Bajaron al Dipy por el revuelo incluso de sus propios votantes, voceros mediáticos, y funcionarios? ¿Es Pettovello la cara exponencial de un Ministerio que blanquea la corrupción a diestra y siniestra, pero que distrae con falsas informaciones?

Los documentos de la contratación del Dipy están, como también su salario, el cargo, y las fechas de inicio, 1 de abril de 2024. Pero el cantante que juega de panelista sin saber dónde está parado – a lo Lemoine- asegura que todo se trata de una opereta. ¿De quién, de la oposición, de los medios, o del mismo gobierno que lo utiliza para filtrar la salida de dinero blanqueada?

La ultraderecha levantó la bandera en toda la campaña electoral contra los “ñoquis” del Estado, de la misma manera que dijeron que iban a terminar con la casta y hasta Sturzenegger y la hija de Cavallo están dentro del gobierno.

¿Cuándo la Justicia mostrará al menos un poco de acción para intervenir un Ministerio que no solo le roba los alimentos y medicamentos a los barrios, sino que expande la jaula de contrataciones fantasmas, sobresueldos, y ñoquis de la falsa “libertad”?

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