Por Editorial Sudestada
Luego de que el presidente logre blindar el veto con otra negociación en el Congreso, con el PRO afiliado al saqueo del Estado, con los radicales que ya cuesta encontrarles un adjetivo que no se repita por sí mismo, con parte del peronismo que cambia de vereda, siempre; la respuesta al desfinanciamiento universitario y a la rosca en el recinto, se da justamente en las Universidades nacionales. Porque los estudiantes toman las facultades y las asambleas se expanden, como también los debates, los planes de lucha, el paro nacional docente, y algo que el gobierno pareciera no haber previsto: El “Estudiantazo”.
Las tomas comenzaron con la facultad de Filosofía y Letras, y de Psicología -de la UBA- pero enseguida esa medida de fuerza se expandió por todo el territorio. Porque se sumaron Exactas y Veterinaria, pero también la Universidad de Córdoba, Rosario, El Litoral, Santa Cruz, Mar del Plata, Tucumán, José C. Paz, Tres de Febrero. Incluso la de la Matanza que jamás había sido tomada por los estudiantes. Decenas de Universidades tomadas en todo el país, con estudiantes y docentes que enseñan mucho más que cualquier cátedra.
¿Será este 2024 el año de otro movimiento estudiantil que sea capaz de hacer tambalear al gobierno, que la Educación pública no sufra ningún tipo de ajuste, que las Universidades nacionales no sean desfinanciadas, y que esta lucha pueda sentar -como tantas veces en la historia- otro precedente para que los poderes se den cuenta que cuando un pueblo despierta, no hay vuelta atrás? ¿Será este un quiebre en comprender de verdad lo que significa un Estado ausente, que nos arrebaten derechos, de que la educación y la salud pública peligren, y de que la clase política nos dé la espalda?
¿Será -otra vez- el momento de los estudiantes al frente de esta batalla contra el empobrecimiento masivo y el ataque constante a todos los derechos y conquistas sociales? ¿Será este “estudiantazo” la piedra en el zapato de Milei y todo este rejunte del peor “liberalismo”?
